Mar del Plata, íconos y leyendas

Mar del Plata

Mar del Plata, a solo 400 km al sur de Buenos Aires,es la ciudad balnearia más grande de Argentina.
Esto como comentario objetivo, subjetivamente es una ciudad hermosa, con todo lo que un turista pueda necesitar, playas, acantilados,sierras, la rambla, las peatonales, casinos, cines, teatros, excelentes alfajores, los restaurantes del puerto, hoteles de lujo y no tanto, en fin, de todo.
Por esto, sería muy largo describir y contar sobre cada una de estas atracciones, así que decidí hablarles de dos. Una con leyenda, El Torreón del Monje y la otra, un ícono de la arquitectura argentina, La Casa del Puente, de Amancio Williams.

El Torreón del Monje, hoy devenido en cafetería aterrazada con vista al mar, mucho antes de la fundación de la ciudad en 1874, cumplía su función de torre de guardia. Y de esa época habla la leyenda.

Torreón del monje

Hacia fines del siglo XVII, vivía en el Torreón el soldado Alvar Rodríguez, quien protegía la fortaleza y mantenía relaciones amistosas con los indígenas que provenían de la vecina Reducción del Lago, actual Sierra de los Padres. Así conoció a Mariña, una hermosa india que se dedicaba a la enseñanza de la música, fueron frecuentándose y se enamoraron apasionadamente.
Al enterarse el Cacique Rucamará, que también pretendía a Mariña, decidió asaltar la fortaleza y apoderarse a la fuerza de la hermosa india. Tuvo éxito con su ataque y logró atrincherarse en el Torreón, mientras el soldado escapaba para buscar refuerzos.
Tras varios asaltos fallidos de las fuerzas españolas, Alvar Rodríguez recurre a una joven india llamada Nalcú, una de las esposas del cacique, que sintiéndose desplazada por Mariña, estaba dispuesta a traicionarlo.
Una noche Nalcú, deposita un poderoso narcótico en la comida de Mariña, Rucamará al verla tan mal ordena una ceremonia de exorcismo.
Alvar, aprovecha el rito para irrumpir con sus fuerzas en el Torreón, pero durante la pelea, el Cacique toma a Mariña y se escapa a caballo. Alvar Rodríguez, tras una persecución, logra acorralar a Rucamará y éste, al verse cercado se arroja al mar llevando consigo a Mariña.
El soldado, desconsolado, regresa al Torreón donde tras convertirse en monje, vivió encerrado por el resto de sus días llorando a su amada.

Dice la leyenda, que en ciertas noches de quietud, se escuchan desde lo alto de la torre voces de dolor y llanto entrecortado, mientras las figuras de una hermosa india y un monje se dejan ver con fulgores de estrellas.

Fuente: Historia de Mar del Plata


La Casa del Puente, construida por el arquitecto Amancio Williams, entre 1943 y 1945, tuvo como objetivo principal, ser el estudio y vivienda de su padre, el músico Alberto Williams.

Casa del puente - Amancio Williams

La casa, que se puede describir como una caja rectangular, apoyada sobre un arco bajo el cual pasa el arroyo Las Chacras, se ubica en un terreno de dos hectáreas, con un frondoso parque arbolado, delimitado por las calles Matheu, Dean Funes, Guido y Saavedra.

Esta ubicación, que cumplía perfectamente con las necesidades del padre de Amancio, para crear música en contacto con la naturaleza, al no estar en la zona turística habitual de Mar del Plata, quizás no es tan conocida por el visitante común.

Por desgracia, al morir Alberto Williams en 1952, la casa se vendió y al morir su nuevo dueño y entrar en largas sucesiones, la casa fue abandonada, sufrió un incendio y fue atacada con graffitis por los que siempre están y no tienen nada mejor que hacer.

La imagen, hasta hace unos pocos años era lamentable, vidrios rotos, paredes pintadas, el arroyo seco, daban ganas de llorar.
Por suerte, y por ahora, la historia parece tener un final feliz.
Después de la muerte de Amancio, en 1989, fue declarada Monumento Histórico Nacional, pero recién pudo ser adquirida por el municipio en 2012 y así comenzar la restauración con la colaboración de Dirección Nacional de Arquitectura e integrantes de la familia Williams.
Hoy, finalmente se puede visitar y de paso mostrar, que a veces podemos respetar nuestro legado cultural.

Lobos marinos en la zona del puerto

 

Mar del Plata, la perla del Atlántico

Puerto de Mar del Plata

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